

Tú.
Siento que muero de ganas por notar tu presencia, por escuchar el ruido de las llaves en la puerta, la música de tus tacones por el pasillo y por preguntarte que tal tu día justo después de bucear en la espuma de tu boca. Siento que no puedo evitar querer oír una y otra vez el susurro de tu voz que hace paralizarse el tiempo entre copas de vino. Siento querer perderme en el abismo de tus ojos cada vez que me miras, esos que, sin duda, están señalados a motivar mi destino. Sie


El horizonte.
Observo sobre el mar el horizonte y, es que, no me gusta seguir las reglas del juego aunque, de verdad, lo intento. A veces, siento que lo único que quiero es jugar con los delfines sin preocuparme de cuál es mi nombre o que será de él. Pero la marea nos arrastra, nos empuja a crear un alguien, un por qué y yo me pregunto si tenemos claro… ¿para qué? o lo más inquietante… ¿para quién?. Solo quiero nadar sin ambición, solo la del corazón, es la que más importa. Pero el mar sig